JUAN DEL JUNCO
Ese gran trecho que -aun en vuelo- separa el secano de dos mares

La obra de Juan del Junco se sitúa en la tradición fotográfica del arte conceptual de los años sesenta y setenta. Sus caracterÃsticas son, desde hace un tiempo, fácilmente identificables: su formato es menor, pero tiende a agrupar su trabajo en series que constituyen polÃpticos de generoso tamaño; el blanco y negro es casi ya una condición irrenunciable y es tendente a las texturas imperfectas, con el grano de la imagen pretendidamente visible. Las iconografÃas a las que acude permiten, o tal vez obligan, a asumir como inevitable esa cualidad, pues las aves, su motivo predilecto, son, por lo general, fotografiadas en vuelo.
En casa, de joven, aprendió todo sobre las aves, sus hábitats y sus hábitos, sus ritmos y sus desplazamientos; progresivamente fue atraÃdo por los lugares desde los que debÃa avistarlos y a esto se sumaron, también, los procedimientos de los que hubo de servirse en sus sesiones de trabajo. Llegado el momento, quiso que todo ello se deslizara en la tradición de los fotógrafos conceptuales. Tituló una muy extensa serie de trabajos Conceptual Andalusia, que tuvo diversas ramificaciones; perseveró en el recurso del texto y la publicación. Ésta no solo tenÃa la función de documentar material sino que se tornó en materia en sà misma. Pero a diferencia de los artistas conceptuales históricos, que en su arte hablaban fundamentalmente de la práctica del arte, Juan del Junco introdujo el matiz que le ha situado en la singular posición que hoy ostenta: lo autobiográfico.